La cuarentena me trajo de vuelta a Samuel tiempo completo, pero ahora también al Samuel estudiante de escuela.
A pesar de que siempre estuvimos jugando a aprender, apenas en agosto entró a a vivir la experiencia del colegio.
Para eso me hice mi propio horario basado en las mismas horas que venía teniendo en su rutina, y le sumé mi teoría de que aprender jugando siempre será un camino más efectivo.
Los primeros días fueron muy raros, él estaba como de vacaciones, pero con la responsabilidad de las tareas, y yo, bueno yo tratando de acomodar todo para lograr una buena experiencia, amable para los dos, ¡y lo hemos ido logrando!
Yo creo que la parte visual es muy importante, porque además de que le das la instrucción, también la está viendo, además de que mantenernos dentro de un orden, con tiempos, resulta muy eficaz.
Para lograrlo, usé este horario grande, con papeles de colores, que puedo modificar día a día dependiendo de lo que le dan, y a medida que lo va haciendo, se pone un “check mark” que indica el logro y equivale a algo que a él le guste (siempre recalco que ese algo no tiene que ser material. Puede ser un juego o una actividad que le guste).
Pero este tipo de horario, no solo sirve para la parte escolar, también te ayuda a obtener resultados con cosas cotidianas que quieras lograr con tu niño, como que se vista solo, se lave los dientes o recoja sus juguetes. Incluso es efectivo para los hijos más grandes, para ti misma y hasta para tu marido, jajaja.
Espero que pueda servirte de algo.
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