La Carta a Madonna (que jamás leerá)

Querida Madonna,

Te escribo esta carta aún sabiendo que jamás en la vida la leerás. 

Lo hago pensando que te tengo en frente mientras nos tomamos un café y puedo hablarte con absoluta honestidad, después de todo tú eres una de las mujeres más open mind que conozco.

Yo era apenas una niña cuando tú ya eras súper famosa, vendías millones de discos y dabas de qué hablar con cada cosa que hacías. Me gustaste como artista desde el primer momento, y no era por tu voz o tus canciones, sino por una suma de cosas que me encantaban. Jugaba con mis amigas a montar tus videos. Incluso ya grande, estudiaba por horas tus coreografías y copiaba pasos para mis montajes como cantante. También soy artista (canto y actúo) y siempre he pensado que la parte visual en el escenario es todo, y en eso has sido increíble, sin embargo, nunca entendí muy bien la necesidad de la provocación sexual. Aún así, tenías otras cosas que se anteponían a eso. Debo confesarte que no soy tu fan empedernida, nunca he estado pendiente de tu vida privada, de tus amores o de tus líos, pero como ves, has sido parte significativa en mis referentes musicales.

De un tiempo para acá te has autoproclamado abanderada de las mujeres y nuestros derechos representándonos en diferentes espacios y eventos, como por ejemplo en Los Premios Billboard, en el que te dieron el premio a "La Mujer del Año". 
Sé que el discurso que diste fue muy exitoso dentro de las mujeres. Al parecer muchas se sintieron identificadas. ¡Hasta lágrimas hubo! Pero yo no. Lo he visto varias veces y por más que trato no logro conectarme con ese victimismo, tal vez porque por estos días estoy un poco hastiada con la hipocresía de esas personas que, como tú, dicen una cosa y hacen otra.  
Lo que representas dentro de la industria musical ha estado basado, desde el primer momento de tu carrera, en venderte como un objeto sexual. No eres una víctima, tú decidiste jugar el juego que los hombres quieren que les jueguen: el de la desinhibida, el de la complaciente en la cama, el de la que le gusta jugar roles... entonces no, no me representas, porque por mujeres como tú es que mujeres como yo no vendemos millones de discos ni protagonizamos películas, porque no accedimos a jugar ese juego, y no por mojigatería, sino porque estamos convencidas de que las mujeres somos mucho más que un par de senos y un trasero, y eso es lo que tanto me molesta de todos estos discursos (que están tan de moda) “sentidos” y “contestatarios”, que son inconsecuentes, acomodados y convenientes. En el fondo, estás tratando de  justificar tus ganas de exponer constantemente tu sexualidad escudándote en algo tan delicado como la violencia de género, si fueras tan irreverente y tan rebelde lo harías y punto, es más, no darías ninguna explicación porque nadie te la ha pedido y estás en todo tu derecho de hacer con tu cuerpo lo que quieras. Como hacen los hombres, que les importa muy poco o nada lo que piensen de ellos.

Ojalá los artistas como tú, que tienen tanto poder, aprovecharan esos momenticos de atención global para hablar de cosas urgentes y priorizaran los problemas que de verdad están acabando con el mundo. Como los millones de niños que están muriéndose de hambre, los que no tienen educación, la corrupción de los países, las adicciones en los jóvenes, las enfermedades mentales, la violencia contra la mujer (pero no me digas que violencia contra la mujer es solamente el sexismo porque nadie más sexista que tú), y tantas otras cosas más. Ojalá dejaran de dar mensajes equivocados que lo único que logran es confundir, sobretodo a las generaciones que vienen creciendo. 
Gracias a que se empodera esa mala información con una ayuda fehaciente de los medios, se ha vuelto de moda poner en los estatus sentimentales de las redes sociales que las niñas tienen "novia o esposa", porque ser homosexual o bisexual dejó de ser una orientación natural o una decisión asumida con madurez, para convertirse en un asunto cool. También es maravilloso ser desordenado, impuntual, ir en contra de la ley, en fin, la lista es larga y desalentadora. Hay muy pocos ídolos positivos porque tienen pánico de que no los compren más.

Qué lindo sería que hubieras vendido millones de discos vestida y no hubieran salido detrás imitándote tantas, por no decir todas las que suenan y venden, entonces sí hubiera sido una verdadera hazaña y una muestra de que las mujeres somos capaces de todo sin necesidad de recurrir a nuestro poder sexual (que es innegable). 

Qué maravilla sería que no te hubieras hecho ni una sola cirugía y que no tuvieras en tu cara ni una gota de Botox para demostrarle a esa industria de la radio, que piensa que envejecer es un pecado (según tus propias palabras), que están locos, y que te sientes orgullosa de tus arrugas, porque entonces no tiene sentido lo que dices y de lo que te quejas, ¡porque tú has contribuido a ello!

Qué cansancio el boom que se le da a toda esa palabrería, que suena lindo, eso sí, pero que no es verdad. Puede ser que en el fondo estás arrepentida de haber caído en el juego machista y sería espectacular que lo admitieras con el mismo desparpajo que ofreces sexo oral por un voto solo para dar de qué hablar. 

Ojalá promovieras ese poder infinito que tenemos las mujeres de superar todos los obstáculos, ese que nos hace capaces de lo que sea. Basta con mirar todas esas historias de superación de mujeres solas, humildes, cabeza de familia, que han sacado adelante a sus hijos; otras que vienen de padres abusivos, de hogares disfuncionales, de situaciones horribles y salen adelante confiando en su poderosa naturaleza femenina, como tantas y tantas que vemos a diario (aunque no sean famosas). Ni hablar de las que realmente han asumido con orgullo y valentía su orientación sexual.

Por supuesto que todavía queda mucho por lograr en cuanto a derechos, salarios, cargos, etc, pero no creo que la manera de llamar la atención del mundo sea parándose en la calle con un letrero en la mano y las "glándulas mamarias" al aire, porque nos estamos contradiciendo, somos mucho, ¡pero mucho más que eso! 
Y con todo esto no quiero decir que esté mal lo que has hecho tú con tu vida, yo no soy nadie para juzgar eso, lo que quiero que te quede claro querida Madonna, es que no, como mujer, no me representas.